Gerardo Murillo Coronado Dr. Atl Pintor y Escritor

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Descripción

 Nació en GuadalajaraJalisco; el 3 de octubre de 1875 murió en la  Ciudad de México el 15 de agosto de 1964

Murillo fue un artista multifacético; fue un investigador de la naturaleza, considerado como el ideólogo del  movimiento muralista, en el cual impuso un estilo del que abrevaron Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, José Chávez Morado, entre muchos otros. 

Conocido por su seudónimo de Dr. Atl, Murillo fue un hombre polémico, que además de su labor como paisajista, escribió numerosos libros que contenían cuentos controversiales en su tiempo por su temática y en tratamiento. También es autor de novelas como Un hombre más allá del universo (1935), El padre eterno, Satanás y Juanito García (1938) y Gentes profanas en el convento. 

Estudió pintura con Felipe Castro en su natal Guadalajara. En la capital del país ingresó a la Escuela de Bellas Artes al mismo tiempo que cursaba la preparatoria. Por su destacado desempeño, Porfirio Díaz le otorgó una pensión para que pudiera estudiar pintura en Europa (1911).

En la Universidad de Roma estudió filosofía y derecho. Colaboró con el Partido Socialista Italiano y con el periódico Avanti. Fue caminando hasta París para escuchar las cátedras de Henri Bergson sobre arte. Es en esta época que el poeta argentino Leopoldo Lugones lo bautizó como el Dr. Atl.

Su técnica consistía en la aplicación de tintes secos o resina con los cuales se podía imprimir sobre papel, tela o roca; con ella pintó un friso de ninfas con guirnaldas floridas y cuadros de grandes dimensiones que representan volcanes para un filántropo de Puebla y para decorar una cafetería de la calle 16 de Septiembre de la ciudad de México. 

Gracias a su interés por los volcanes tuvo la oportunidad de ser testigo del nacimiento del Paricutín en el año de 1943. A partir de esta experiencia elaboró apuntes y pinturas que expuso al año siguiente en el Palacio de Bellas Artes, para luego reunirlos y editar el libro Cómo nace y crece un volcán, el Paricutín, que apareció en 1950. Esta obra, es considerada como una joya en este tipo de temas.

Otras contribuciones de su trabajo son las monografías realizadas sobre las iglesias de México y las artes populares, que fueron en su momento revelaciones fundamentales para la educación pública. Por todo este trabajo obtuvo la Medalla “Belisario Domínguez” en 1956, y el Premio Nacional de Artes en 1958.

 

 

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