Descripción
Desde el nivel del mar hasta los 3,500 metros de altitud, aproximadamente, habitan unos árboles muy peculiares e importantes llamados encinos. Quizá muchos lo ignoren, pero es notable su presencia en México ya que es uno de sus centros de origen; además, nuestro país es el más rico en cuanto a la población de encinos, pues cuenta con aproximadamente 160 especies de las 400 o 500 que se reportan en todo el mundo.
Los encinos se distribuyen en la mayoría de las regiones templadas, así como en algunas regiones tropicales y subtropicales; en las montañas mexicanas, las zonas más ricas son las del centro y el sur y la Sierra Madre Oriental, y los estados con mayor riqueza de esta especie son Oaxaca, Nuevo León, Chihuahua y Veracruz.
Los encinos aparecen en toda una gama de condiciones climáticas y de suelo, aunque a veces parecen estar mejor adaptados a ciertas condiciones específicas que prevalecen en determinadas elevaciones, según la especie. Se les puede encontrar mezclándose con otros tipo de vegetación o formando bosques dominados por una o varias especies de encino. Prosperan en terrenos moderadamente fértiles y húmedos, pero algunas especies se adaptan a terrenos pobres, aunque siempre en lugares montañosos. Son árboles cuya longevidad se puede estimar en siglos, pues se calcula que su término medio de vida oscila entre los 150 y 200 años, aunque hay reportes de ejemplares históricos que sobrepasan los 1,500 años.
En México, los encinos son importantes debido a su abundancia y utilidad como especies forestales. Son fuente de leña, carbón, madera, productos medicinales, colorantes y corcho; las bellotas sirven de alimento para animales (por ejemplo, cerdos) y en algunas regiones la gente las come, pero también se emplean para la elaboración de artesanías. Estos árboles se asocian con hongos que tienen un alto valor ecológico y económico.
Funcionan, asimismo, como hábitat para numerosas especies vegetales, como los helechos, bromelias, musgos y líquenes; sirven de alimento para la fauna silvestre y también abastecen los mantos acuíferos; protegen contra los huracanes, mejoran el suelo y por lo tanto son apropiados para la restauración, ya que sus plántulas tienen una alta sobrevivencia dentro y fuera del bosque, sobre todo hablando de áreas deforestadas degradadas o muy perturbadas. En general, los encinos son especies clave dentro del bosque por toda la serie de servicios tangibles e intangibles que ofrecen al ecosistema.
Los encinos son un verdadero tesoro para los mexicanos, y por ello es necesario diseñar y aplicar estrategias para la conservación de su hábitat ya que de ello depende su supervivencia. Es muy probable que en las próximas décadas, de seguir con el actual cambio de uso de suelo, México pase de ser el país que más especies de encino tiene al que más especies de encino tuvo.